Vuelve a ser libre
en las noches eternas,
en los amaneceres lluviosos.
Vuelve a ser libre
y del danzar
de tus lazos caprichosos,
haz poesía.
Te vi fallecer
en una brisa de otoño.
Conforme el ocre inundaba tu piel,
tus ojos se volvían vidriosos.
Vi en tu gesto
que algo importante se había perdido.
Vi como las sombras guardaban tu camino.
Te vi caminar entre el matorral
como si estuvieras escondiendo un cadáver.
Te vi arrebatármelo todo
despacio, como el ritmo del poema
que anuda los latidos del que ya,
no quiere ni debe sentir.